Al tope del Cerro Corcovado se ubica el Cristo Redentor, una enorme estatua de Jesús de Nazaret de aproximadamente unos 30 metros de altura.
Además de quedar fascinado al ver los paisajes más bellos de la Ciudad Maravillosa por las ventanillas del tren, el pasajero también hará un paseo por la historia de Brasil. Inaugurado en 1884 por el Emperador Don Pedro II, el Tren del Corcovado ya llevó en sus vagones a papas, reyes, príncipes, presidentes de la república, artistas y científicos.
Este también es un paseo ecológico. El tren cruza la mayor selva urbana del mundo: el Parque Nacional de Tijuca, un pedazo de la llamada mata atlántica, considerado un ejemplo de preservación de la naturaleza.
La construcción de esta majestuosa obra estuvo a cargo de Hector da Silva Costa y el francés Paul Landowsky, lo que insumió más de 5 años de trabajos, comenzando las obras en 1926 y culminando en el año 1931.
El Cristo Redentor del Corcovado de Río de Janeiro fue reconocido el día 7 de julio de 2007 como una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno, siendo así una nueva razón de orgullo para los cariocas y para todo Brasil.
Los brazos abiertos del Cristo redentor, se ven desde toda la ciudad de Río como una enorme cruz blanca, creando una majestuosa ilusión óptica a la distancia.
Si bien fue creado con un fin netamente religioso, con los años se convirtió en uno de los lugares más emblemáticos de Río de Janeiro independientemente de este trasfondo.
Se puede acceder a él mediante el Tren de Corcovado, por una tarifa que va desde los 27.50 reales para niños hasta los 55 para adultos.
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